* Post realizado en colaboración con Laboratorios Bella Aurora.
El vitíligo es una enfermedad de la piel en general fácil de reconocer, ya que tiene una presentación muy típica: manchas totalmente blancas, sin relieve ni escamas, que tienen piel normal alrededor. Se ha estimado que afecta al 1% de la población, con independencia de la raza y el sexo.
Cuando en consulta vemos a un paciente que presenta vitíligo hay dos aspectos que no debemos pasar por alto:
En primer lugar, en el origen del vitíligo hay una predisposición genética. Esto implica que pueda haber varios familiares afectados con el mismo problema dermatológico al tener genes “a favor” de esta enfermedad. Merece la pena recordar que el vitíligo no es contagioso, por lo que el hecho de encontrar varias personas en una misma familia con él tiene que ver con genes de susceptibilidad.
En segundo lugar, una persona que padece vitíligo podría tener otras enfermedades autoinmunes asociadas, por lo que como dermatólogos deberemos solicitar las pruebas complementarias necesarias para descartarlas.
¿Qué factores lo empeoran?
Uno de los desencadenantes principales de esta enfermedad de la piel en una persona genéticamente predispuesta es el roce continuado de la piel con prendas de ropa (tirantes…), complementos (relojes, anillos) o un traumatismo de cualquier origen (cirugías, tatuajes…). Otro de esos desencadenantes es el estrés que suponen cirugías o procesos infecciosos, así como el estrés emocional.
Clínica y tipos de vitíligo
Las lesiones características de la persona con vitíligo, consisten en manchas planas, totalmente blancas, sin escamas y que no tienen ningún tipo de síntoma. Estas manchas blancas están rodeadas de piel normal. Suelen distribuirse de una forma simétrica y, aunque pueden salir en cualquier localización corporal, las vemos con más frecuencia en las siguientes localizaciones:
- Alrededor de ojos, nariz y boca.
- Los nudillos de las manos.
- Las rodillas, codos y tobillos.
- Grandes pliegues: ingles y axilas.
- Zona genital.
Es habitual que el diagnostico de vitíligo lo realicemos como dermatólogos con un simple examen visual de la piel del paciente, sin necesidad de otras pruebas complementarias. En ocasiones, empleamos una lámpara de luz especial, llamada luz de Wood, que nos ayuda a confirmar el diagnóstico.
En función de los patrones de distribución de las manchas de vitíligo, hablamos de diferentes formas de enfermedad:
- Vitíligo focal/no segmentario
En este caso, las personas afectadas tienen una o pocas manchas de vitíligo, en cualquier localización corporal. - Vitíligo segmentario
Se caracteriza por cursas con manchas blancas en un solo lado corporal. Es típico que comience en la infancia y que sea resistente a los tratamientos. - Vitíligo generalizado
Es la forma de presentación más habitual, en la que las manchas sin melanina se distribuyen de forma difusa por gran parte de la superficie corporal. - Vitíligo acrofacial
En esta situación, las manchas blancas se tienden a localizar en la cara y en zonas acras: manos y pies. - Vitíligo universal
En el vitíligo universal hay una destrucción progresiva pero generalizada de todos los melanocitos del paciente, siendo la piel pigmentada, con melanina, residual.
¿Cómo evoluciona la enfermedad?
Aunque no podemos prevenir al 100% la aparición de un brote de enfermedad en una persona predispuesta, sí es importante conocer qué factores la empeoran (como hemos visto, traumatismos y estrés fundamentalmente).
Muchos pacientes nos preguntan en consulta si es posible saber cómo de extensa va a ser su enfermedad y en qué zonas corporales aparecerá. En la actualidad no podemos dar respuesta a esas preguntas, pero sí tendrá interés consultar de la forma más precoz posible para evitar la progresión de las placas.
Tratamiento
En la actualidad no tenemos una cura definitiva para el vitíligo. No obstante, contamos con tratamientos cuyo objetivo es parar la progresión de la enfermedad e idealmente conseguir la repigmentación de las manchas. Para conseguir que éstas vuelvan a tener melanina, es imprescindible ser constante con los tratamientos y esperar varias semanas antes de concluir que un tratamiento no funciona.
1. Tratamiento médico del vitíligo.
*Fototerapia: se considera uno de los tratamientos más efectivos para el vitíligo, ya
que es capaz de parar el avance de la patología. La fototerapia puede realizarse sola o combinada con tratamientos orales y/o tópicos para potenciar sus beneficios.
La luz ultravioleta es uno de los estímulos más potentes que existen para que los melanocitos produzcan melanina. El problema de la luz ultravioleta es que si nos exponemos a ella de manera excesiva aumentamos el riesgo de quemaduras a corto plazo, así como de sufrir envejecimiento cutáneo de manera prematura y cáncer de piel a largo plazo.
La fototerapia para tratar el vitíligo consiste en aplicar de forma controlada las zonas
no pigmentadas a un tipo de luz ultravioleta, en concreto UVB de banda estrecha, que
activa a los melanocitos y evita el espectro más perjudicial de la luz del sol.
*Tratamientos tópicos: representan la primera línea de tratamiento en pacientes con vitíligo. Usamos corticoides e inmunomoduladores tópicos para controlar la inflamación de la piel y, de esta manera, conseguir parar el avance de la enfermedad.
*Tratamientos orales: los empleamos cuando con los tópicos no hemos obtenido el
efecto deseado.
Corticoides orales:
En general se administran en forma de minipulsos: a baja dosis,
solo algunos días en semana, con el objetivo de reducir la inflamación y minimizando los efectos secundarios de este tipo de tratamiento.
Fenilalanina:
Es un aminoácido que contribuye a la formación de melanina. Con él,
buscamos repigmentar las áreas decoloradas por tres vías. Por un lado, inhibe la
producción de anticuerpos que destruyen los melanocitos. Por otro, mejora la tolerancia de la piel del paciente a la exposición solar y, finalmente, favorece la migración de melanocitos desde las zonas pigmentadas a las áreas blancas. Los tratamientos orales para el vitíligo formulados con fenilalanina pretenden estimular la actividad de los melanocitos para que produzcan la cantidad suficiente de pigmento natural. Es habitual que se combine con fototerapia para obtener un mejor resultado.
Vitamina D:
Es capaz de mejorar el vitíligo gracias a su capacidad antioxidante e
inmunomoduladora.
2. Tratamiento cosmético de las manchas blancas.
De manera cosmética, también es posible mejorar el aspecto de las manchas blancas e hipopigmentaciones haciendo que sean menos evidentes.
En el mercado contamos con productos como la crema Repigment 12 (laboratorios Bella Aurora), que cuenta con una base científica sólida y que cuya eficacia en el tratamiento de las manchas blancas e hipopigmentaciones ha quedado patente gracias a las investigaciones del Dr. Bordignon. Este producto cosmético está formado por oligopéptidos capaces de inhibir la proteína MIA. Esta proteína interactúa con las moléculas de adhesión llamadas integrinas alfa5beta1 y da lugar al desprendimiento de los melanocitos en los pacientes con vitíligo, generando así manchas blancas. Con este producto cosmético, al inhibir la proteína MIA, se busca que los melanocitos no se desprendan, evitando así la presencia de manchas blancas e hipopigmentaciones. Se emplea dos veces al día y los primeros resultados se pueden ver tras los 2-3 meses de su uso.
Mis consejos si tienes vitíligo:
Te recomiendo que si padeces vitíligo, busques valoración por parte de un dermatólogo experto en esta enfermedad. Aunque no ha habido muchas opciones de tratamiento hasta la fecha, cada vez se están realizando más ensayos clínicos de nuevos fármacos o nuevas opciones que muy probablemente cambien la forma de abordar esta enfermedad a medio y largo plazo.
Ten precaución si deseas realizarte un tatuaje, un láser para el tratamiento de la piel o una cirugía: en todas esas zonas es posible que desarrolles vitíligo después del tratamiento.