Independientemente de cuál sea nuestra rutina de cuidado facial, hay una serie de pasos imprescindibles en los que no podemos fallar. El primero y uno de los más importantes es la limpieza.
Por mi experiencia en consulta, observo que en ocasiones no se le presta la suficiente atención y es habitual que nos pidan consejo sobre un sérum con capacidad antiaging, un protector solar…pero raras veces se nos pregunta específicamente sobre cómo realizar correctamente la limpieza de la piel.
Cada piel es diferente y puede dominar en ella una problemática concreta según el momento en la que la evaluemos: piel en la que predomina la sensibilidad, la secreción grasa, la sequedad…Debido a ello la rutina de limpieza deberá ser recomendada en función de estas características.
No obstante, hay una pauta que es común a todos los casos: recomendamos la limpieza tanto por la mañana, como por la noche.
*Por la mañana: con la limpieza eliminamos los restos de productos que hayamos usado por la noche y también la secreción grasa de nuestras glándulas sebáceas, que siguen actuando por la noche.
*Por la noche: conseguimos eliminar con éxito además de todo lo anterior, partículas de contaminación que se depositan en la piel y restos de maquillaje en caso de usarlo.
Una limpieza adecuada, va a hacer que nuestra piel tenga ópticamente una mayor luminosidad y va a conseguir que todos los productos que usemos después tengan una eficacia mayor (por ejemplo, vitamina C como antioxidante, ácido retinoico para mejorar pequeñas arrugas, etc). Además, el eliminar contaminantes y restos de maquillaje, va a evitar problemas de sensibilidad y un envejecimiento prematuro de la piel.
El tipo de producto que usamos como limpiador varía según esté nuestra piel, época del año, clima en el que vivimos, etc. La limpieza puede ser más o menos compleja, incluyendo en ocasiones dos pasos en la misma, inspirada en las rutinas de limpieza coreanas.
Queda clara la importancia de no olvidar la limpieza en nuestra rutina de cuidado facial pero, ¿qué podemos hacer para mejorarla?. Desde hace algunos años, los cepillos de limpieza facial se han incorporado a la rutina de cuidado facial en muchos de nosotros, haciendo que la limpieza sea aún más eficaz.
¿Todos los cepillos de limpieza son iguales? Aunque todos se engloban en el mismo grupo, hay en el fondo muchas diferencias en cuanto a la forma de funcionamiento, tolerancia y capacidad de limpieza. Uno de los dispositivos con mayor éxito es Foreo, que recientemente ha incorporado un nuevo modelo llamado Luna 3. Éste consta de dos partes:
- Parte de limpieza facial: está formado por filamentos que transmiten unas pulsaciones TSonic que son capaces de eliminar el 99.5% de la suciedad de nuestro rostro. Como novedad, es posible configurar el tratamiento de limpieza a través de una app, pudiendo elegir hasta 16 intensidades diferentes.
- Parte anti-edad: en la cara posterior del dispositivo, tiene unas ondas concéntricas . Las pulsaciones en este caso permiten tonificar los músculos de la piel y hacer que el producto de cuidado facial que usemos penetre con mayor eficacia.
Cuenta además con la ventaja de que al ser sumergible en agua, es ideal para utilizar en la ducha (esto hace que sea más fácil ser constante).
Está disponible en 3 colores, uno para cada tipo de piel:
- Piel sensible: Lila
- Piel normal: Rosa
- Piel mixta/grasa: Azul
Y por último, una de las características más importantes es la ventaja de no tener que comprar cabezales periódicamente. En este caso, la limpieza del aparato es muy sencilla y al estar hecho de silicona hipoalergénica, no alberga bacterias que puedan producir infecciones en nuestra piel.
¿Con qué frecuencia hay que usarlo? ¿Qué productos de limpieza usar? Como cada piel es diferente y se puede encontrar en una situación distinta, es recomendable acudir a nuestro dermatólogo para que nos asesore convenientemente y personalice nuestra rutina de cuidado facial.
*Post realizado en colaboración con Skinvity.
