Con la llegada de septiembre dejamos atrás una temporada en la que en general hemos tenido una mayor exposición solar. Esto hace que en algunos casos, la preocupación por la aparición de manchas faciales aumente, siendo uno de los motivos de consulta más frecuentes para los dermatólogos.
Bajo la denominación de “manchas faciales” encontramos en realidad diagnósticos muy diversos, que requieren un tratamiento diferente en cada caso. Por ello, la evaluación por parte del dermatólogo, en ocasiones empleando dispositivos como el dermatoscopio o la microscopía confocal, es fundamental.
En esta nueva entrada de mi Blog Derma Tendencias, me centro en los 10 puntos más importantes que debéis conocer sobre las manchas faciales. Al igual que en entradas anteriores, trataré de abordar aspectos como la prevención, el tratamiento domiciliario y médico y la corrección.
1- Un diagnóstico correcto de las manchas es fundamental para que el tratamiento tenga éxito.
- No es infrecuente que nos encontremos en consulta con pacientes que han sido tratados previamente teniendo como base un diagnóstico incorrecto. Si por ejemplo tratamos un melasma ( también conocido como “cloasma” o “máscara del embarazo”) como si se tratara de un léntigo solar (clásica mancha debida a la exposición solar), nos encontraremos con que muy probablemente empeorará.
- Las principales “manchas” que nos encontramos en la población general son las siguientes:
Léntigo solar: mancha de coloración marrón y pequeño tamaño (habitualmente inferior a 3 cm de diámetro). Es debida a una proliferación localizada de melanocitos (célula productora de melanina) debido a una exposición aguda o crónica a la luz solar.
Queratosis seborréica: también se presentan como manchas marrones, pero en este caso tienen relieve. No están relacionadas con la exposición solar y suelen tener un componente genético. Tienden a aparecer en la edad adulta y sabemos que son siempre benignas.
Melasma: se manifiesta con la presencia de manchas marrones de mayor tamaño que los léntigos y habitualmente aparecen de una forma simétrica en ambas mejillas, frente y labio superior. Es frecuente encontrarla en embarazadas y en mujeres en tratamiento con anticonceptivos orales, aunque no es exclusivo de esas poblaciones. Se caracteriza por ser resistente a los tratamientos y su tendencia a ser crónico. Debemos ser cautos cuando realizamos tratamientos en los pacientes que lo padecen porque si son demasiado agresivos, nos podemos encontrar con un oscurecimiento de la mancha.
2- La protección solar de amplio espectro debe formar parte de nuestra rutina de cuidado facial diaria, también en invierno.
- Cuando queremos tratar nuestras manchas (fundamentalmente en el caso del melasma y los léntigos solares), elegir un buen protector solar es fundamental.
- Conocemos la teoría de reaplicar el protector solar cada 2 o 3 horas, pero pocas veces se hace bien. Esto es de especial importancia en verano y también durante el resto del año, especialmente si estamos en periodo de recuperación tras la realización de un láser o un peeling químico. Opciones de retoque que nos hacen la vida más sencilla son las brochas de SPF50+: como Nexultra UV SPF50 de Croma o SunBrush de ISDIN. También son muy cómodas las brumas como la de Anthelios 50+ anti brillos de La Roche Posay o Hydrabio spray SPF30 de Bioderma.
- Un buen fotoprotector, debe incluir filtros contra la radiación ultravioleta B (spf 50+), ultravioleta A e idealmente también frente a infrarrojos y luz visible.
3- Una buena crema “antimanchas” deberá contener uno o varios de los siguientes principios activos:
- Algunos de ellos, como la hidroquinona o el ácido retinoico, son de prescripción médica y son dos de los más usados por los dermatólogos cuando recomendamos fórmulas magistrales despigmentantes.
- Los antioxidantes, como por ejemplo la vitamina C, son capaces de mejorar las manchas, además de su conocido papel como principio activo fundamental en toda rutina antiaging.
- Otros principios activos de gran utilidad son el ácido kójico, el ácido tranexámico, la arbutina o la niacinamida. Muchos de ellos están presentes en diferentes cremas de venta en farmacia.
4- Léntigos solares: el láser y la Luz Pulsada Intensa (IPL) son los tratamientos estrella.
- Aunque las cremas despigmentantes y el protector solar son elementos fundamentales, no van a ser capaces de eliminar completamente los léntigos (sí podrán conseguir que su tonalidad sea más clara).
- Cuando lo que buscamos es eliminarlos, tendremos que optar por opciones como el láser (como por ejemplo, el láser de picosegundos) o el IPL. En ambos casos es esencial planificar bien el tratamiento, ya que el efecto esperado tras el tratamiento es tener costras en las zonas con manchas, que durarán aproximadamente una semana. Es habitual además necesitar más de una sesión. Consulta con tu dermatólogo para saber cuál es la mejor opción para ti.
5- El melasma: el tratamiento base son los despigmentantes y la protección solar. El láser es un complemento para algunos casos.
- Es imposible tener un buen control del melasma si no aplicamos un protector solar adecuado, en cantidad suficiente y lo reaplicamos con frecuencia.
- Las cremas despigmentantes, si prescriben con los principios activos adecuados, van a ser capaces de controlar un porcentaje elevado de los casos. Cuando hablo de “controlar” me refiero a aclarar las manchas de una forma significativa.
- En casos en los que a pesar de lo anterior las manchas sigan sin responder, tienen utilidad algunos peelings y láseres empleados a baja energía (como por ejemplo, el láser de picosegundos y el láser fraccionado).
- De manera reciente, el uso de ácido tranexámico oral está demostrando buenos resultados en melasmas resistentes. Se trata de un uso fuera de indicación y está contraindicado en el caso de pacientes fumadores o con antecedentes de trombosis.
6- Las queratosis seborréicas: son las que mejor responden a los tratamientos médicos.
- Hay muchas opciones posibles, desde la crioterapia a los láseres de CO2 y erbio.
- Es importante saber que aunque estas manchas desaparezcan con el tratamiento, pueden salir otras nuevas por la base genética que las caracteriza.
7- El láser o los peelings, como tratamientos aislados, casi nunca son eficaces.
- Es de sentido común, pero merece la pena recordar que si después de un láser o de un peeling, no nos protegemos bien del sol, las manchas pueden volver o incluso empeorar.
- Es más cómodo hacernos una o dos sesiones de láser al año y olvidarnos, pero sintiéndolo mucho, esta opción no funciona.
8- Quitarnos las manchas en invierno y tomar el sol en verano es totalmente contradictorio.
Por suerte, cada vez la sociedad es más consciente de los efectos negativos del sol sobre la piel (tanto a nivel del envejecimiento que producen, como su clara relación con el cáncer de piel).
9- Existen manchas que no es posible eliminar, pero sí aclarar.
El melasma es un claro ejemplo de ello. En el caso de los léntigos solares, aquellos que tienen una coloración más clara son más difíciles de eliminar (el láser va a reconocer mejor a aquellos léntigos que son más oscuros y que, por lo tanto, tienen más melanina).
10- Un maquillaje con buena cobertura se convertirá en tu mejor aliado para camuflar manchas difíciles de eliminar.
En el caso de las pieles con manchas, es de especial utilidad emplear protectores solares con color y una buena cobertura. Mis favoritos son la CC cream 50+ de It Cosmetics, Anthelios mineral One de La Roche Posay y Photoderm Nude SPF 50 de Bioderma.
*Foto de Jenna Hamra.